Introducción
Bueno, si estás leyendo esto, es porque probablemente ya sabes que la salsa de tomate asado es más importante de lo que parece. Es como ese mejor amigo que siempre está a tu lado, pero que muchas veces pasas por alto. Vamos, un buen trozo de carne sin esta salsa es como una fiesta sin música: ¡totalmente aburrido! Así que aquí estamos, listos para descubrir cómo transformar esos tomates aburridos en una delicia irresistible.
Lo más importante
Aspecto | Detalles |
---|---|
Sabor | Ahumado, dulce y un poco ácido. En resumen, una explosión de felicidad |
Usos | Perfecta para carnes, pastas y hasta como dip. ¡Que no te detenga la creatividad! |
Dificultad | Fácil. No se necesita ser un chef |
Ingredientes o materiales
- 4 tomates grandes (los que sobrevivan a tu frigo)
- 1 cebolla (sí, la que te hace llorar)
- 2 dientes de ajo (el secreto de todo lo que vale la pena)
- 1 cucharada de aceite de oliva (el oro líquido)
- Sal y pimienta al gusto (o al “me da lo mismo”)
- Un toque de albahaca o orégano si te sientes gourmet
Paso a paso
1. Prepara tus tomates
Pon tus tomates a asar. Puede ser en el horno o en una parrilla, como prefieras. Si decides usar el horno, préndelo a 200°C. ¡No, no es hora de preparar galletas!
Consejo muy útil:
Asa también la cebolla y el ajo. ¡Por favor! La combinación de estos sabores te hará pedir perdón a tus papilas gustativas.
2. Asa los ingredientes
Coloca los tomates, la cebolla y el ajo en una bandeja con un chorrito de aceite de oliva, lo suficiente como para no tener una desgracia. Hornea por 20-30 minutos, hasta que se vean dorados y deliciosos.
Nota graciosa:
Si el aroma no te está conquistando, ¿realmente estás asando?
3. Mezcla todo
Una vez asados, retira del horno y espera un poco (no te quemes, por favor). Luego, combina todo en una licuadora. Agrega sal, pimienta y el toque de albahaca u orégano. Licúa hasta que consigas la textura que más te guste: líquida o más gruesa, como tú quieras.
Tip genial:
Si te queda demasiado espesa, añade un chorrito de agua. Pero, ¡ojo! No se te ocurra hacerla una sopa… o sí, pero eso no se llamará salsa de tomate asado.
Trucos y variaciones
Si quieres llevar esto al siguiente nivel, prueba asar un pimiento rojo junto con los tomates. La sensación de ser un chef pro te invadirá.
Y si quieres algo aún más explosivo, agrega un poco de chile. Pero cuidado, no querrás que la salsa te convierta en el próximo competidor de un programa de cocina de riesgo.
Conclusión y recomendación
Y así, amigo chef, tienes la receta para una salsa de tomate asado que hará llorar de felicidad a tu carne. Lo importante aquí es que te diviertas y experimentes. Y si al final todo sale bien, ¡me cuentas cómo te fue! ️