Lo más importante
- Elegir la carne adecuada es clave. No puedes salir con cualquier tipo de carne, ¡es como elegir un novio a ciegas!
- Preparar una marinada natural con ingredientes frescos y sin conservantes. Como diría tu tía, temprano es mejor.
- El fuego: no es solo para asar, es para crear magia. Ajusta la intensidad para evitar que tu carne se convierta en un zapato.
- Dejar reposar la carne después de asarla. Aquí es donde la paciencia se convierte en tu mejor amiga.
Ingredientes o materiales
- 1 kg de carne (puede ser res, cerdo o cordero, elige tu favorita)
- 2-3 cucharadas de aceite de oliva (y no compres el más barato, por favor)
- Especias al gusto: sal, pimienta, ajo en polvo, orégano (imagina que eres el chef de un restaurante de cinco estrellas)
- Jugo de un limón o vinagre (si no tienes, el agua no cuenta)
- Opcional: verduras para asar, porque, vaya, hay que ponerle un poco de color al plato
Preparación de la carne
1. Elegir la carne
Primero lo primero: no te vayas a poner a asar la carne que encuentres en la esquina. Escoge algo que se vea bien, fresco y que no tenga más conservantes que un bote de mermelada.
2. Marinada mágica
Mezcla el aceite de oliva, las especias y el jugo de limón en un tazón grande. ¿Ves cómo huele? Así debería oler tu cocina. Sumérge la carne en la mezcla y deja que se sumerja como si estuviera de vacaciones, al menos una hora. Si tienes más tiempo, mejor, ¡más sabor!
3. Prepara el fuego
Enciende tu parrilla o sartén. Si usas carbón, ¡hazlo bien! La paciencia es clave. Si es gas, asegúrate de no estar en una película de terror mientras lo prendes. Debes tener un fuego medio-alto, suficiente para no cocinar la carne en el infierno.
4. Asando la carne
Coloca tu carne en la parrilla y observa cómo se dorada. No seas como tus amigos que no paran de mirar el teléfono; eso es un crimen gastronómico. Voltea la carne a mitad de cocción. Para carnes más gruesas, no te aventures, usa un termómetro, así no te das un susto. Cuanto más cerca esté de 63°C, más cerca estarás de la perfección.
5. Dejar reposar
Cuando la carne esté lista, sácala del fuego y déjala reposar. Esto es vital. Si no lo haces, ¡te arriesgas a comer algo que parece una esponja! Tómate esos 10 minutos para prepararte un trago y pensar en lo que hiciste bien.
Trucos y variaciones
Si quieres llevar esto al siguiente nivel, aquí van un par de tips. Primero, prueba con diferentes marinadas. Soy fan de la salsa de soya mezclada con miel. Y, si quieres impresionar a tus amigos, ¡asígnale nombres a tus platos! Cortesía de la parrilla de la casa de Juanito. Too much? Just joking.
Si ves que algo no salió como esperabas y la carne parece más un zapato que un filet, no dudes en hacer un guiso. ¡No hay carne que se pierda mientras haya fogón!
Recomendación
Así que, luego de todo este viaje, si al final todo sale bien, ¡me cuentas cómo te fue! Y recuerda: asar carne no solo es un arte, es una forma de demostrar que puedes sobrevivir sin conservantes y que tu estómago te lo agradecerá. ¡A disfrutar!