Bueno, si estás leyendo esto…
Es porque probablemente ya sabes que asar carne en invierno es uno de los placeres más reconfortantes de la vida. Olvídate de las ensaladas y la comida ligera, aquí lo que buscamos es que el frío no se sienta tan frío. Así que, pongámonos manos a la obra y hablemos de cómo asar carne para esas comidas que acabarán con tu hambre y te dejarán sonriendo frente a la chimenea (o el ventilador, si eres de los que viven en el hemisferio sur).
Lo más importante
Aspecto | Detalles |
---|---|
Tipo de carne | Costillas, cerdo, ternera, ¡lo que más te guste! |
Tiempo de cocción | Entre 1.5 a 4 horas, dependiendo de la carne. No tienes prisa, tómate un vino. |
Temperatura | De 120 a 160°C, sin quemar la casa. |
Importante | ¡No olvides el termómetro de carne! Necesitas saber si se ha hecho a la perfección. |
Ingredientes o materiales
- Carne de tu elección (costillas, cerdo, res… lo que se te antoje)
- Sal y pimienta (los clásicos, no los olvides)
- Condimentos al gusto (ajo en polvo, paprika, etc., aquí manda tu creatividad)
- Un termómetro de carne (porque no hay nada peor que carne cruda o, peor aún, carne seca)
- Una fuente para asar (y eso no significa tu sartén de hace dos décadas)
Paso a paso
1. Preparando la carne
Primero, dale un buen masaje a la carne. No, no me malinterpretes, ¡no es una sesión de spa! Simplemente frota bien la sal y los condimentos para que todo absorba ese sabor increíble. Si te sientes creativo, ¡puedes marinarla un par de horas antes! Pero si te pilló el frío, no te preocupes, el sabor también llega sin marinar.
2. Listos para asar
Precalienta el horno a unos 160°C. Mientras tanto, coloca la carne en la fuente (si es gruesa como un libro, ponle un poco más de tiempo). Una vez precalentado el horno, mete la carne.
3. El toque del maestro
Coloca el termómetro en la parte más gruesa de la carne (sin tocar el hueso, a menos que quieras hacer un experimento raro). Aquí es donde la magia empieza. Asar es más un arte que una ciencia, ¡así que relájate y tómalo con calma!
4. Mirar y esperar
Ahora, siéntate y espera. Puedes hacer otra cosa en el medio, como preparar un acompañamiento. Pero recuerda, no vigiles la carne como si estuvieras esperando un examen, ¡puede ponerse nerviosa!
5. ¡A servir!
Cuando el termómetro marque la temperatura deseada (entre 60 y 75°C, dependiendo de cómo te guste la carne), ¡saca esa belleza del horno! Deja reposar un ratito; créeme, eso es clave para que los jugos se redistribuyan. ¡Y listo, a disfrutar!
Trucos y variaciones
Si quieres llevar esto al siguiente nivel, prueba añadir un chorrito de vino tinto al final de la cocción, ¡te daré un aplauso desde lejos! O puedes usar tu adobo favorito, porque, vamos, experimentar es parte de la diversión. Pero, alertas: No intentes cocinar algo que no sabes qué es, es una mala idea.
reflexiones finales
Así que ahí lo tienes. Asar carne en invierno es más que una comida; es un evento. Ya sea que lo hagas solo para ti o para tus amigos, ¡espero que disfrutes cada bocado y abrazos que vengan con la comida! Y si al final todo sale bien, ¡me cuentas cómo te fue! ¡A asar se ha dicho!